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¿Cómo hacer fotografía inmobiliaria?

Publicado por Templo Consulting en 26 de febrero de 2024
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guía profesional para hacer fotografía inmobiliaria

Llamamos fotografía inmobiliaria a aquella que tiene por objetivo la venta de una vivienda. A diferencia de otros tipos de fotografía, la inmobiliaria se centra en sacar el máximo partido a cada estancia. Para ello, algunas de las reglas de la fotografía documental o la artística en cuánto a iluminación no aplican.

A lo largo de este artículo desvelaremos los trucos más útiles para hacer buena fotografía inmobiliaria. Unas buenas fotos harán más fácil que los potenciales compradores se decidan a visitar el inmueble. Sin embargo, si las fotos son malas, aunque sea el piso perfecto en cuánto a características buscadas, puede que ni siquiera realicen esta primera visita.

Por supuesto, la fotografía inmobiliaria no hace milagros. Y tampoco nos interesa que los haga. Realizar una visita a alguien que no está realmente interesado en cómo es de verdad una casa es simple y llanamente una pérdida de tiempo. Lo que si hace es potenciar sus puntos fuertes y ofrecer su mejor cara.

Para que las fotos funcionen correctamente, no hay que perder de vista el home-staging. Esta técnica nos ayudará a que la casa luzca mejor de cara a las fotos.

¿Hace una falta una cámara réflex para hacer buena fotografía inmobiliaria?

Quizá, lo primero que nos podemos preguntar es si es necesario una cámara profesional para realizar este tipo de fotografía. La verdad es que la respuesta depende. En la actualidad, hay cámaras compactas, semiréflex o incluso smartphones que ofrecen una gran calidad. Además, muchas de estas cámaras permiten un buen número de opciones manuales.

Aun así, estaremos más limitados a la hora de enfrentarnos a determinadas circunstancias. Con una reflex tenemos la seguridad de poder hacer un trabajo decente, especialmente si contamos un buen objetivo gran angular, independientemente de las condiciones atmosféricas. Con otro tipo de cámara, es posible que si queremos un resultado perfecto, haya días o inmuebles en los que no podamos trabajar.

De todas formas, con un conocimiento básico de técnicas de fotografía, siempre que la cámara nos permita jugar con ISO, diafragma y obturador, podremos sacar adelante un trabajo más que decente.

Mejor calidad que cantidad

Que portales como Idealista o Fotocasa premien a los anuncios con más fotografías, ha sido un verdadero problema para los fotógrafos inmobiliarios. Presentar 30 o 40 fotos de una vivienda de un dormitorio y 20 metros cuadrados no tiene ningún sentido. Si queremos que la casa luzca, es importante que las fotografías no sean repetitivas. También que no veamos una misma habitación desde 20 perspectivas diferentes.

Debemos ponernos en el lugar del potencial comprador. ¿Qué querríamos ver nosotros si fuéramos a comprar esta vivienda? Eso es lo que tienen que reflejar las fotografías. Debe ofrecerse una perspectiva global con las fotos necesarias para ello. Tener fotos de más termina generando frustración en el usuario. Nadie necesita ver 20 fotos de la cocina, les basta con dos o tres que le den una imagen verídica de la misma.

fotografía de dormitorio bien iluminado Esta fotografía de Unsplash cumple todos las recomendaciones de luz y la regla de los tercios

La luz

Lo más difícil en la imagen inmobiliaria es conseguir suficiente luz. Para ello hay una serie de trucos que podemos seguir. En primer lugar, lo más recomendable es elegir un día luminoso para hacer las fotografías. También es importante tener en cuenta la orientación de la vivienda, para seleccionar aquellas horas en las que el sol incide directamente.

Una vez en la casa, es recomendable abrir todas las persianas y ventanas. Además, en la mayor parte de las ocasiones tendremos que encender todas las luces. Nada quedar peor en una foto de una casa que la oscuridad.

En la mayor parte de las viviendas, el contraste entre el interior y el exterior impide que se distinga lo que hay fuera de la casa. No pasa nada porque las ventanas aparezcan sobrexpuestas o sobreiluminadas, siempre y cuando no sea en demasía. Si, además, podemos captar los rayos de luz entrando e iluminando la vivienda, habremos conseguido parte de nuestros objetivos.

Tener un objetivo con una apertura de diafragma considerable nos permitirá captar mejor la luz de los rincones más oscuros. Por ello, comprar un objetivo gran angular es una inversión mucho más útil para un fotógrafo inmobiliario que un teleobjetivo.

Un trípode también es imprescindible. Hay veces que aún con la apertura máxima de diafragma, tenemos que abrir demasiado el tiempo de exposición. En estos casos, el trípode es la única opción para evitar que la foto salga movida o desenfocada. Mientras nos falte, una opción es utilizar un ISO más elevado, si bien subirlo demasiado hará que la fotografía tenga más grano, algo poco recomendable para esta tipología.

Por otra parte, debemos tener cuidado en evitar la sobrexposición en las fotos del exterior. Acostumbrados a la iluminación extra en el interior, en muchas ocasiones las fotos del edificio aparecen quemadas. En este caso también es fundamental elegir un buen día, en el que se perciba el azul del cielo. Si aun siendo un buen día en nuestra foto el cielo aparece blanco, es que la foto está quemada. Debemos cerrar diafragma o reducir el tiempo de exposición antes de hacer una nueva foto.

La composición

En cuánto a composición, la fotografía inmobiliaria sigue normalmente las reglas de la tradicional con algunos pequeños cambios. Una de las claves es tratar de sacar tanto el suelo como el techo de cada habitación. De nuevo, tener un buen gran angular es la clave para poder hacerlo, especialmente en habitaciones más pequeñas como el cuarto de baño.

Una opción menos recomendable pero muy utilizado es el objetivo ojo de pez. El problema con el ojo de pez es que distorsiona la imagen. Por ello, cuando el potencial comprador vaya a la casa, puede considerarse engañado.

Por otra parte, también hay que jugar con la profundidad de campo. Uno de los trucos que podemos seguir es mantener las puertas abiertas y hacer fotos desde fuera, jugando con los pomos.

regla de los tres tercios en un puebloLa regla de los tres tercios

Por último, no podemos olvidarnos de la regla de los tres tercios. Se trata de la regla más importante en la fotografía tradicional y es una buena ayuda a la hora de hacer fotos sobresalientes.

En esta regla se divide la imagen en tres partes iguales, tanto horizontal como verticalmente con cuatro líneas imaginarias. Estas líneas deben situarse la línea del suelo o del horizonte. En algunos de los puntos de convergencia entre las líneas deben situarse los puntos de interés de la fotografía.

Siguiendo este pequeño truco conseguiremos fotografías mucho más interesantes que aporten valor añadido al inmueble que queremos vender.

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