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¿Qué son las viviendas colaborativas o cohousing?

Publicado por Templo Consulting en 19 de marzo de 2024
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Las viviendas colaborativas, también conocidas como cohousing, son comunidades residenciales diseñadas para fomentar la interacción social, la colaboración y el apoyo mutuo entre sus residentes.

¿Qué te parece compartir vivienda con un grupo de personas desconocidas? Aunque pueda parecer algo fuera de lo normal, o más propio de jóvenes, sobre todo estudiantes, cada vez es más frecuente que un grupo de personas desconocidas compartan vivienda. Este fenómeno se denomina cohousing o viviendas colaborativas.

La precariedad laboral, el alto índice de paro y la falta de liquidez, son los principales motivos por los que muchas personas deciden apostar por este nuevo modelo de hogar. Las viviendas colaborativas son mucho más asequibles para aquellas personas que no puedan hacer frente a los gastos de la compra de una casa o incluso pagar un alquiler.

Este modelo nació en los años 60 en Dinamarca con la finalidad de promover el cooperativismo, la vida comunitaria y propiedad colectiva. El término vivienda colaborativa proviene del anglicismo “collaborative housing” sus habitantes mantienen el uso privado de su casa, pero comparten labores domésticas, de cuidado y educación de los más pequeños.

Viviendas colaborativas, un nuevo modelo de vivienda

Como su propio nombre indica, las viviendas colaborativas comparten algunos aspectos de la vida cotidiana de sus inquilinos. La puesta en marcha de este proyecto nació con la finalidad de solucionar el problema de la falta de vivienda de los grupos más vulnerables de la sociedad e incluso personas discriminadas o mayores dependientes en situación de riesgo.

Los participantes de este modelo de vivienda se unen para vivir en comunidad. Estos grupos suelen ser reducidos y formados por personas con los mimos intereses y prioridades. Ellos mismos diseñan las viviendas en función de las necesidades del grupo. Las viviendas colaborativas están diseñadas con espacios independientes y zonas comunes como la cocina, el comedor o zonas verdes.

Antes de poner en marcha el proyecto, hay que establecer las bases de la convivencia para luego, una vez creado el colectivo, iniciar un modelo organizativo y los aspectos económicos para sacar adelante el proyecto.

Hogares asequibles y más eficientes

Las viviendas colaborativas no solo tienen como finalidad ayudar a los grupos más desfavorecidos de la sociedad, sino que también están concienciadas con el medio ambiente y buscan reducir lo máximo posible el consumo de los recursos naturales.

Tal y como hemos mencionado, los grupos que se forman para convivir en estos hogares tienen los mismos intereses y estilos de vida. Esto es fundamental, ya que facilita la vida en común de todos los inquilinos. Además, estos objetivos en común favorecen el uso responsable de los recursos naturales.

Los principales beneficios en el medio ambiente de las viviendas colaborativas son:

  • Menor gasto de energía.
  • Conservación de los espacios naturales.
  • Huertos propios en la comunidad.
  • Conciencia del uso del transporte público u otros vehículos menos contaminantes.
  • Reciclaje de residuos.

Beneficios del cohousing Infografía beneficios del Cohousing. Fuente: Iberdrola

Condiciones legales de las viviendas colaborativas

Las viviendas colaborativas son un tipo de cooperativas, pero con cesión de uso. A diferencia de las cooperativas tradicionales, en el cohousing el inquilino no es propietario de la casa, sino únicamente dispone del derecho a utilizarla, es decir, tiene el usufructo de la vivienda de por vida. Además, la familia y herederos de los primeros inquilinos también podrán disfrutar de este derecho siempre y cuando respeten las normas de la comunidad.

Los inquilinos pagan un porcentaje mínimo por el alquiler de la vivienda, ya que este tipo de proyectos no sea crean con la finalidad de conseguir unos beneficios. El dinero obtenido de las mensualidades se destina para el bien común de la comunidad.

Inversión mínima para el proyecto

El grupo que quiere llevar a cabo este proyecto solo paga un 30% o 40% del precio final. Esta inversión es necesaria para poder sacar adelante el proyecto. El resto de financiación lo aporta la Banca Ética.

Esta cantidad económica que aportan los inquilinos se trata de una inversión que podrá pagarse durante los 3 años que dura el proyecto. Además, si el inquilino quisiera irse o fallece, se podrá recuperar la totalidad de la inversión más el IPC de los años que el inquilino haya disfrutado.

Nuevo modelo de vivienda social

Cada día nos encontramos con nuevos modelos de vivienda que en un futuro dejarán en un segundo plano la vivienda tradicional. El ritmo de vida y las nuevas necesidades e intereses de los consumidores favorecen a la creación de nuevos hogares, como pueden ser las casas prefabricadas o Smart living.

Aunque parezca un modelo muy reciente, las viviendas colaborativas ya tienen una larga trayectoria en el sector inmobiliario, sobre todo en otros países. No obstante, en España ya se está implementando poco a poco este sistema de convivencia, podemos encontrar algunas asociaciones sin ánimo de lucro como Cohousing Spain, fundada en 2018 con la finalidad de ayudar a los colectivos más desfavorecidos de la sociedad española.

¿Qué os parecen este tipo de proyectos? ¿Os animaríais a invertir y vivir en una comunidad con estas características?

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